Por el equipo de redacción de Guillen Pujol CPAs
En las últimas semanas, muchos contribuyentes han notado que interactuar con el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés) se ha vuelto más complicado. No solo hay menos personal para atender consultas o resolver casos, sino que algunos procesos que requerían intervención humana ahora dependen de sistemas automáticos que no siempre ofrecen soluciones rápidas. Esto ha generado inquietud entre quienes necesitan aclarar avisos, presentar documentación adicional o simplemente asegurarse de que sus trámites avancen sin contratiempos.
A ese escenario se sumó el reciente cierre del gobierno (shutdown, en inglés), que obligó a suspender temporalmente a una parte significativa de la plantilla y dejó varios procedimientos en pausa. Aunque algunas operaciones comenzaron a reanudarse parcialmente, los días sin actividad aumentaron la acumulación de tareas y coincidieron con un IRS que ya venía enfrentando despidos, limitaciones presupuestarias y reorganizaciones internas.
Frente a este panorama, muchos contribuyentes expresan preocupación por posibles retrasos en reembolsos de impuestos, respuestas tardías a gestiones importantes o más revisiones automáticas en procesos que antes contaban con un agente al otro lado.
La incertidumbre principal ya no es solo qué tan rápido avanza un trámite, sino cómo actuar si algo se detiene en el camino, especialmente durante la temporada fiscal. En este contexto, entender qué situaciones pueden presentarse y qué medidas preventivas pueden tomarse se ha convertido en una prioridad para quienes desean evitar contratiempos.
Cómo llegamos a un IRS con menos personal y más presión
Durante los últimos años, el IRS parecía encaminado a una etapa de recuperación. Con el financiamiento aprobado por la Inflation Reduction Act (IRA, por sus siglas en inglés), la agencia había iniciado planes para modernizar sistemas, reforzar auditorías especializadas y mejorar la atención al contribuyente. Parte de esos recursos se destinó a contratar nuevos perfiles técnicos y agentes capacitados para atender casos complejos.
Ese impulso comenzó a frenarse cuando se introdujo una nueva línea política enfocada en recortar el tamaño del gobierno federal a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés). Bajo esta directriz, miles de puestos en período de prueba (probationary, en inglés) o financiados por recursos de la IRA fueron reducidos o eliminados. Algunas áreas, especialmente las que se habían fortalecido recientemente, perdieron una parte significativa de su personal y quedaron sin capacidad para avanzar ciertos casos o investigaciones.
A esta reducción permanente se sumó la tensión operativa provocada por el reciente cierre del gobierno, que suspendió temporalmente a decenas de miles de empleados. Aunque la agencia ya retomó sus funciones, el tiempo sin actividad coincidió con un IRS que ya estaba enfrentando limitaciones internas, lo que amplificó la presión sobre las áreas encargadas de procesar trámites, resolver avisos y manejar revisiones.
La dirección de la agencia también ha experimentado cambios significativos en poco tiempo, como el despido del ex Comisionado Billy Long y la entrada de Scott Bessent como encargado temporal, lo que refleja un momento de ajustes intensos en la conducción del IRS. Bessent ha señalado su intención de priorizar el cobro de deudas impositivas, privacidad y servicio, con una apuesta fuerte por herramientas de inteligencia artificial, lo que a su vez implica una transformación en la forma en que la agencia procesa casos y asigna recursos.
Qué significa esta nueva realidad para los contribuyentes en general
Cumplir con las responsabilidades fiscales sigue siendo obligatorio, aun cuando la agencia opera con menos personal y con un sistema más automatizado. Durante el shutdown, y aun después de su reapertura, los plazos legales no cambiaron, lo que significa que presentar, pagar y responder a avisos continúa siendo responsabilidad del contribuyente. Esta es una de las principales advertencias explicadas por Tax Foundation al analizar cierres de gobierno y sus efectos sobre los servicios federales.
En el procesamiento de declaraciones, el impacto no es el mismo para todos. Cuando una declaración electrónica está completa y sin inconsistencias, suele avanzar casi con normalidad. El problema surge cuando falta un documento, hay una discrepancia con información de terceros o la declaración requiere revisión manual. Con menos agentes disponibles, estas situaciones pueden traducirse en demoras.
El acceso a ayuda también cambia. Con la reducción de personal y las suspensiones temporales aplicadas durante el shutdown (furloughs, en inglés), hubo menos personas disponibles para responder cartas, asignar apelaciones, levantar un gravamen (lien, en inglés) o procesar acuerdos de pago. Para muchos contribuyentes, esto significa que un trámite que antes se resolvía con una llamada ahora puede quedar sin actualizar durante semanas o incluso meses. La atención telefónica, tanto para contribuyentes como para preparadores profesionales, es una de las áreas más afectadas, con tiempos de espera más largos y menos agentes disponibles.
En ese mismo entorno de servicios más limitados, también dejó de estar disponible—por decisión administrativa—el programa piloto Direct File, que permitía a los contribuyentes presentar su declaración directamente ante el IRS, lo que reduce una alternativa sencilla para quienes buscaban opciones de presentación más directas y accesibles. Esta ausencia se siente con más fuerza en un momento en que la dependencia de herramientas externas aumenta y la capacidad operativa de la agencia tributaria sigue ajustada.
La automatización adquiere un rol más visible. Las declaraciones, avisos y decisiones preliminares pasan por filtros automáticos que ayudan a ordenar el flujo, pero que no siempre capturan particularidades del caso. Bessent y otros funcionarios han reforzado que la agencia se apoyará cada vez más en herramientas de inteligencia artificial para manejar cargas de trabajo y seleccionar qué revisar. Si bien esto agiliza algunos procesos, cuando ocurre un error o un aviso se emite erróneamente, es más difícil corregirlo sin intervención humana.
Los efectos también varían según el perfil del contribuyente. En estructuras complejas o de altos ingresos, la disminución de personal en divisiones especializadas implica menos auditorías profundas, pero también más casos estancados, apelaciones sin asignar y transacciones que dependen de movimientos que nadie procesa a tiempo.
Las áreas que atienden a grandes empresas y a negocios con operaciones internacionales también han visto una reducción en su capacidad de fiscalización, lo que retrasa auditorías complejas y la resolución de casos que requieren análisis transfronterizos. Para pequeños negocios, trabajadores por cuenta propia (self-employed, en inglés), agentes de bienes raíces e inversionistas promedio, la dificultad suele estar en resolver problemas simples como planes de pago, ajustes menores o aclaraciones por cartas automáticas.
Cómo prepararse y cuándo pedir apoyo profesional
Aunque el contribuyente no puede influir en lo que ocurre dentro de la institución, sí puede decidir qué tan preparado llega a este nuevo contexto. Contar con procesos ordenados, actuar con anticipación y mantener la información al día reduce riesgos y evita quedar atrapado en retrasos que pueden prolongarse más de lo habitual.
- Estas acciones prácticas pueden marcar una diferencia real:
- Presentar la declaración lo antes posible si se espera un reembolso.
- Priorizar declaraciones electrónicas completas, revisadas y con depósito directo.
- Mantener la documentación organizada y los respaldos digitales listos para cualquier aclaratoria.
- No ignorar avisos, aunque contactar al IRS sea complicado; reaccionar con rapidez es esencial.
- Buscar orientación especializada en situaciones que involucren negocios, inversiones, altos ingresos o discrepancias con información del IRS.
Para muchas personas y empresas, este contexto ha subrayado la importancia de contar con asesoría capaz de navegar un IRS más pequeño, más automatizado y con menos margen para errores. Un acompañamiento experto ayuda a mantener control, claridad y capacidad de respuesta incluso cuando los tiempos institucionales se vuelven más lentos.
En Guillen Pujol CPAs, hemos ayudado a clientes a resolver revisiones, responder notificaciones y manejar auditorías con un enfoque estructurado y técnico, especialmente en etapas donde la comunicación con el IRS se vuelve limitada. Nuestro equipo trabaja para simplificar cada paso, anticipar riesgos y asegurar que el contribuyente mantenga claridad y control aun en un entorno fiscal más complejo.
Si necesitas comprender un aviso, planificar tu estrategia para esta temporada o resolver una situación pendiente, estamos aquí para acompañarte con experiencia, criterio y un compromiso absoluto con tu tranquilidad fiscal.
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Nota del editor: Este artículo forma parte del Info Hub de GPCPAs, una iniciativa que busca empoderarte con el conocimiento y las estrategias necesarias para enfrentar los retos del sistema tributario estadounidense. Visita nuestro Info Hub: un recurso curado con lo último en noticias fiscales, económicas y empresariales, junto con guías prácticas sobre estrategia tributaria, contabilidad y asesoría de negocios—porque Planificar el Mañana, Contigo, comienza aquí.